Andrés Barbero, un hombre polifacético, investigador, filántropo, médico, servidor público, pero ante todo un hombre que puede decirse que tenía como don principal la bonhomía. Descendiente de migrantes italianos que se instalaron en el Paraguay al finalizar la Guerra contra la Triple Alianza, se formó en las principales instituciones educativas del país.

El historiador Carlos Gómez Florentín en su obra describe la enorme contribución que hizo el doctor Barbero a la sociedad paraguaya con sus propios recursos y coordinando acciones, cumpliendo con la responsabilidad que se le asignó, además de fundar y sostener instituciones que hasta hoy en día contribuyen en diferentes aspectos, siendo las principales las de la investigación científica, la antropología, la etnografía, la historia y la atención médica materno-infantil, así como la lucha contra el cáncer, entre otras.